Al modelo de rescates financieros tipo el Fobaproa o El Corralito argentino les ha salido un duro competidor en manos del gobierno de Islandia. A los elogios que desde la izquierda se hicieron en su momento sobre el "
no rescate a los bancos pero si a las familias" se ha sumado esta semana el nada más y nada menos que el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cinco años después de la crisis financiera el panorama islandés es, según el reporte del FMI sobre la isla, este: una tasa de desempleo del 5,1% en mayo —desde el 9,2% que alcanzó en septiembre de 2010—, una inflación del 3,3% en junio —desde el pico del 18,6% en junio de 2009— y un crecimiento del PIB —aunque más bajo que en 2011— del 1,6% en 2012. El organismo, sin embargo, alude constantemente a los "riesgos heredados", a los problemas que el país nórdico arrastra desde la crisis, y llama a combatirlos para "garantizar la estabilidad". Uno de los principales retos es levantar los controles de capital que Reikiavik impuso cuando sus tres principales bancos colapsaron y tuvo que pedir la ayuda del FMI. En su momento, los controles ayudaron a estabilizar la situación y fortalecer la corona, la moneda islandesa. Pero, aunque el programa de ayuda del Fondo se completó en agosto de 2011 e Islandia ha vuelto a los mercados de capitales para financiarse, esos controles de capital todavía siguen en vigor coartando su potencial de crecimiento. En primer lugar, advierten de que debe manejarse la liquidación de los bancos quebrados de forma que no afecte a la estabilidad financiera. También solicitan reforzar los incentivos para conseguir liberar las reservas de coronas que se encuentran fuera del sistema, una condición "clave" para retirar los controles, y una petición recurrente de los técnicos del Fondo. Además, llaman a establecer una regulación clara y prudente y supervisar el proceso hacia la total liberalización. A los bancos, principales responsables del hundimiento y endeudamiento de las familias, el Fondo les pide mantener colchones de capital y liquidez suficientes y abordar la morosidad e insta a crear un marco entre los distintos agentes para controlar los riesgos sistémicos. Sin embargo, el riesgo está en el HFF, el fondo gubernamental que concede hipotecas, que vuelve a ser objeto de preocupación por el uso desmesurado -otra vez- de los bancos, y el FMI pide que se reestructure para proteger al Tesoro islandés de posibles pérdidas. Si bien es pronto para decir que el modelo ha sido un éxito rotundo, el elogio del principal impulsor del modelo neoliberal señala que en los múltiples caminos de los rescates bancarios -y habría que decir también de su toma de decisiones- todavía no hay nada escrito. Aunque ya va quedando claro que se puede proteger a la ciudadanía de costos por los que no es responsable.
--
Pablo Trejo Pérez
@DrPabloTrejo