Según el gobierno del PRI, la delincuencia en México ha disminuido. Así lo repiten en los medios de comunicación a cada oportunidad. Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía (INEGI) en México se cometieron 105.000 secuestros en 2012, una cifra que multiplica por 100 los datos gubernamentales que se tenían hasta ahora, que hablaban de poco más de 1.000 casos anuales. El dato revela que el problema es mucho mayor de lo que se pensaba. El INEGI apunta que en el país se cometieron 21,6 millones de delitos durante el año pasado pero que el 92% no fueron denunciados. Menos de uno de cada diez. En cuanto al rapto se sabía que existía una cifra negra muy elevada, los expertos daban por hecho que eran pocas las víctimas que daban a conocer su caso, pero ni los más pesimistas se acercaban a un número tan disparado. La organización Alto Secuestro, dirigida por la ex candidata del PAN al GDF, Isable Miranda, calculaba que se estaban produciendo unos 10.000 secuestros al año. El número fue considerado una exageración. Como casi siempre, la realidad supera las expectativas. A la cabeza de los estados con mayor índice de inseguridad está el Estado de México, en donde nueve de cada diez ciudadanos, afirma sentirse inseguro y está de acuerdo con que la inseguridad ha crecido en los últimos años en el Estado. Los números del instituto, basados en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (EN-VIPE) realizada en 95.000 hogares, no incluyen los secuestros exprés –el tener a alguien retenido hasta que desplumen sus tarjetas de crédito-, ni el rapto de miles de inmigrantes centroamericanos que cruzan México para alcanzar Estados Unidos, un tema que ha alarmado a la ONU y a otras organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales. El informe, que detalla por primera vez el número de secuestros, relata en cambio que se produjeron 4.007 desapariciones forzadas, lo que también se conoce como levantones, que consiste en llevarse a alguien por la fuerza para darle muerte o hacerlo desaparecer. Esta cifra mexicana supera por mucho los datos hechos públicos en Colombia, donde el secuestro fue por mucho tiempo -y lo sigue siendo- una práctica de los grupos armados y las redes criminales. Como dato de interés comparativo, de 1970 a 2010 en Colombia fueron secuestradas por lo menos una vez más de 39.000 personas, según una investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica. Con estos datos, es evidente que no están funcionando las políticas en materia de seguridad en general. No hay un zar antisecuestros que tenga una estrategia definida y clara sobre el problema. Las unidades especializadas son un desastre, la policía -en el mejor de los casos- tiene buenas intenciones pero le falta capacidad para actuar, el poder judicial no colabora. El mensaje que se manda es de impunidad. La ciudadanía percibe con claridad eso, y está cambiando su estilo de vida. En la encuesta del organismo oficial se detalla que un 65% de la población ha dejado de utilizar joyas y otro tanto no permite que sus hijos menores salgan solos a la calle. El 72% considera que vive en un entorno peligroso.
--
@DrPabloTrejo--
No hay comentarios:
Publicar un comentario