sábado, 18 de abril de 2015

Entre la Esperanza y la Utopia


Buenos días, amigas, amigos de Espacio Democrático de Izquierda, del Movimiento Nacional por la Esperanza, de Izquierda Democrática Nacional. Agradezco su intención de estar aquí en sábado, debatiendo qué es lo que debemos ser cómo movimiento, como corriente de pensamiento. En medio de la vorágine y la rapidez con que se mueve el mundo, detenerse a pensar qué es lo que se quiere hacer y lo que se desea para el futuro merece una profunda reflexión.


Primero, considero necesario decir que este 2015 será crucial, ya lo está siendo, para el EDI, el MNE y para la IDN. Decía un pensador norteamericano llamado Henry Thoreau, que toda época presenta momentos críticos, en los que el deber de un ciudadano no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia. Sinceramente, estas palabras están llenas de razón. Ante la indefinición de lo que suceda con la elección, con el propio PRD, debemos ver por aquello que realmente está en nuestras manos.


La pregunta entonces es, como movimiento, como corriente de pensamiento, como izquierda, qué es lo que está en nuestras manos, qué nos proponemos y qué podemos hacer en este momento de coyuntura.


La única respuesta que logro encontrar, me reafirma la esencia misma de la izquierda: debemos aprovechar esta situación para impulsar los cambios democráticos que beneficien al país. Urge que volvamos al origen, a la importancia de llamar a las cosas por su nombre, a ponderar la ideología sobre el pragmatismo, a defender lo que creemos justo y correcto, a lo que el polaco Leszek Kołakowski, llamaba La Utopía.


Debemos tener claro que la derecha es la afirmación de las condiciones existentes, el que nada cambie para que todo siga igual: unos con sus privilegios y otros sin nada. Solo hay una cosa mas peligrosa que la derecha; y esa es la derecha disfrazada de izquierda, la cual a pesar de nuestros esfuerzos, no hemos podido contener.


La búsqueda de la utopía, entonces, radica en luchar por mejorar las condiciones de vida de las mayorías y disminuir la brecha entre quienes tienen todo y los que no tienen nada o casi nada.


¿Buscan, en este 2015, eso los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática? No lo sé, sinceramente. Diría que no. Los últimos meses muestran que la dirigencia del PRD se ha convertido en todo aquello que alguna vez combatió. Tenemos un Partido ciego, carente de ideología, sin conocimiento de la realidad, mercader de candidaturas. Cómodo al gobierno.


Frente a ello, creemos que nuestro movimiento debe tener línea política clara, unidad, identidad e ideología de todas y para todos, que así se vea desde dentro y desde fuera. Un movimiento crítico y de propuestas constructivas. Un movimiento que no se negocie a si mismo.


Para ello, es fundamental superar el rechazo y los desgarramientos personales que implican la exclusión. Debemos desarrollar una actitud positiva hacia el futuro, no dejarse vencer y saber echar mano de las propias fuerzas, de la propia capacidad de lucha. Que las vicisitudes no nos asusten ni nos dejen estáticos.


No podemos ceder ante la inercia del dominio y de la intolerancia y enraizar en nosotros un proyecto donde lo particular prevalezca antes que el interés colectivo. Para eso están otros grupos dentro del PRD. Estamos aquí por que somos diferentes a ellos.


Sí, se avecinan tiempos duros, pero hay que superarlos, no hay que sentirse débiles, no hay que dejarse vencer por el pesimismo. La esperanza sólo tiene sentido si la fijamos como meta. Debemos estar convencidos que lo que hacemos contribuye a que el mañana sea mejor que el hoy.


Quiero reflexionar con ustedes unas palabras que le escuche hace algún tiempo al Profesor René Bejarano: la cultura que promovemos tiende a orientar y a actuar con humildad. Lo voy a repetir porque me parece importante: la cultura que promovemos tiende a orientar y a actuar con humildad.


Efectivamente, la humildad es la llave de la inteligencia, porque la humildad implica una actitud hacia el mundo, hacia los demás, hacia nosotros y nos ayuda a ver nuestros defectos, superar nuestros egos y nuestros orgullos heridos. Humildad es ver que si trabajamos con disciplina la utopía es alcanzable, pero que si nos cruzamos de brazos ante un mundo injusto nos conduciremos, a nosotros y nuestros semejantes, a la miseria.


Compañeras y compañeros, hay que saber distinguir entre la verdad y la mentira, pero también asumir las duras críticas de la realidad y con esas críticas y autocríticas, elevar un sentido de respeto por nuestra Historia, re afirmar nuestra identidad. Sólo así podremos salir con una visión victoriosa, y a partir de eso construyamos la fuerza y el movimiento para superar esas adversidades, esa es -a mi juicio- la utilidad de la esperanza.


El escritor valenciano Manuel Vicent sostiene que el miedo más atroz no es perderse, más bien, es no poder encontrarse. Días como este sirven para evitar ese miedo, para cultivar también esa fuerza.


No puedo omitir recalcar la diferencia de los gobiernos del PRD y los gobiernos del PAN y del PRI. Zacatecas fue, en su momento, un orgullo nacional, un blasón de nuestro partido. No voy a venir aquí a contarles, puesto a que lo han vivido de manera directa, las diferencias de los dos exitosos gobiernos del PRD, y el gobierno fallido de Miguel Alonso. ¿Será tan difícil convocar a todos aquellos que hicieron posible el triunfo de la izquierda en Zacatecas? ¿Acaso no tenemos el deseo y la capacidad de lograr unir a las izquierdas en Zacatecas? No existe agravio o motivo personal lo suficientemente grande como para dinamitar esa posibilidad. Este equipo trabajará todos los días en pro de la unión de las izquierdas, en que las mejores causas sean la ruta de regreso al poder, a donde se toman las decisiones, a donde se pueden cambiar destinos, a donde realmente seamos capaces de influir por el bien de las y los zacatecanos.


Vamos a ganar ésta batalla compañeras y compañeros. Nos asiste la razón y nos motiva el corazón.

Más temprano que tarde vamos a lograr un Zacatecas y un México mejor. Nuestro reto es plantear propuestas alternativas que permitan a México salir del bache obscuro y desolador en el que se encuentra. Estamos obligados a formar un movimiento transformador que abra para todas y todos los mexicanos las puertas de una patria generosa.

¡Viva Espacio Democrático de Izquierda!

¡Viva el Movimiento Nacional por la Esperanza!

¡Viva la Izquierda Democrática Nacional!


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